El Monasterio de Nuestra Señora de las Caldas fue fundado
por doña Ana María Velarde de la Sierra y tiene
gran arraigo entre los devotos de Cantabria. Regio por Dominicos,
se terminó el edificio en 1683, siendo todo él
de líneas muy severas. La iglesia tiene planta de cruz
latina y excelentes retablos churriguerescos, dorados, de un
mismo taller, que dan unidad y magnificencia al templo. Se venera
la Virgen con el Niño, en imagen sedente obra del siglo
XIV.
El retablo mayor, de fuerte dorado y muy barroco, es obra de
un I lego italiano, Fra Alessandro.
La historia del monasterio, hasta 1700, fue publicada por fray
Alonso del pozo, y en 1900, fray Pablo Reginaldo Conrat publicaba
en Barcelona una Historia General del Monasterio.
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