Dentro del concejo de Los Carabeos está el monasterio
de Montes Claros en donde se venera la imagen de la Virgen de
este nombre.
Su origen es sin duda una iglesia rupestre del estilo a las que
existen en Valderredible, cuya cueva artificial aún puede
verse bajo la iglesia.
La tradición dice que un fugitivo cristiano llevó
a una cueva de estos montes, después de la batalla de
Alarcos (1195) la imagen de la Virgen, y que olvidada unos años,
en los primeros del siglo XIII, un pastor volvió a encontrarla
mediante el milagro de un toro huidizo que iba a arrodillarse
ante la cueva.
La imagen de la Virgen y el Niño se llevó a una
iglesia de Los Carabeos pero una y otra vez, milagrosamente,
volvía la imagen a su gruta, por lo que se dec Ìidió
levantar sobre ésta una pequeña capilla.
Desde 1217 la ermita de Montes Claros quedó bajo el patronato
real que le concede rentas, y ya en el siglo XIV tiene como vasallos
a muchos vecinos de Celada Marlantes.
Parece que de esa primera capilla de que se habla pueden ser
unos restos de muros aparecidos hace unos años por debajo
de la iglesia actual, siendo también de época medieval
unos sarcófagos de piedra labrados con dientes, rosetas,
escudos, etc., y uno con inscripción al parecer del siglo
XIV que dice "Yo Martin Fernández fis facer este
lusillo. Martin González sea conmigo enterrado. Año
del Señor mil e trescientos ochenta y cinco".
En 1686 el rey Carlos II encargó a los Dominicos el Santuario,
comenzándose entonces la iglesia que hoy vemos y el convento.
La mejor época del monasterio fue el siglo XVIII. En 1821
fue suprimido el convento y en 1836 se llevó la imagen
a la iglesia de Barruelo. En 1880 regresaron los Dominicos.
La iglesia es pues de finales del siglo XVII aca bándose
en el XVIII, con planta de una nave, capillas laterales, ábside
y crucero. Dos portadas de piedra labrada concluidas en hornacina
con imágenes de piedra de la Virgen y el Niño y
Santo Domingo. Las hornacinas, con venera, llevan sobre el arco
decoraciones vegetales y se cierran con pilastras laterales que
sostienen simple arquitrabe o frontón abierto. Culminan
ambas con escudos.
La Virgen del Camarín es una imagen sedente del siglo
XIV, muy restaurada.
Hay un sepulcro en mármol del obispo Francisco Gómez
Salazar, obispo de León, muerto en 1906. Es estatua yacente.
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