En el valle y municipio de Guriezo lo más notable es la iglesia monumental de San Vicente, del siglo XVI-XVII, es uno de los edificios religiosos más importantes de Cantabria. Tiene un gran pórtico que se eleva, formado por un gran arco, sobre la puerta de entrada. Esta se adorna con todo un muro trabajado como retablo, con hornacinas y columnas. Es obra de Martín de Arada (1658). El interior es de tres naves separadas por enormes pilares cilíndricos de sillería, de los que parten, como en palmera, los nervios de las bóvedas en estrellados dibujos. Impone el espacio y altura de este templo.
Se completa con uno de los retablos también más monumentales de la región, con predela, dos cuerpos, siete calles, coronamiento con Calvario y cúpula dorada ajustada al horno apuntado del ábside. Como decoración lleva ocho tablas en relieve y esculturas de bulto redondo para las calles centrales. Es obra de los maestros escultores de Limpias, García de Arredondo y Diego de Lombera, y el remate de Gabriel de la Cueva y Tomás Gargallo.
En el presbiterio, ochavado, hay ocho retablos del siglo XVIII de Juan Manuel Rivas.
El púlpito de hierro forjado con tornavoz de madera dorada es de 1789.