Este convento de clausura que pertenece a las Clarisas, ha sido convertido en parte en Museo diocesano de escultura popular. El edificio es obra de Juan Gil Corlado y Fernando de Alvarado a finales del XVI (1593), con su claustro de purista traza renacentista. En principio el monasterio fue fundado para Dominicos por el capitán Alonso de Velarde, y desde 1835 lo ocupan las Clarisas. Fue restaurado en la década de los sesenta gracias al tesón de `l capellán don Antonio Niceas, que fue quien comenzó a guardar en él toda la imaginería religiosa expuesta a perderse en las apartadas aldeas de Cantabria. Desde 1964 se van acumulando piezas, casi todas en depósito.