Situado en la
calle del mismo nombre, es el segundo centro religioso en importancia
de la Villa y su iglesia tiene interés artístico
en diversos aspectos. El convento, antes de franciscanos, acoge
hoy a una comunidad de Trinitarias. Su claustro del siglo XVII
es de traza herreriana de pura arquitectura. La iglesia es de
mediados del XVI, con una sola nave y ocho capillas entre contrafuertes,
cuatro a cada lado, casi todas fundadas por la familia Hoyo.
El retablo del altar f mayor es una pieza muy buena, tallada
en madera policromada por Manuel Hortiz, vecino de Meruelo en
1788, y lleva escenas de la vida de San Francisco e imágenes
de este santo y de los santos Buenaventura y Antonio de Padua.
En las capillas hay retablos de piedra, destacando el que cubre
el nicho de la escultura orante de Felipe Vélez de Cachupín,
de 1669.
|