Este santuario
del siglo XVI tiene una bella portada flamígera, de arco
apuntado y arquivoltas de baquetones que apoyan sobre capiteles
continuos. Hay relieves de piedra incrustados en lo alto de la
portada que parecen procedentes de otro lugar. La iglesia es
de una sola nave con bóvedas de crucería. Las ventanas
son góticas con arco apuntado y germinadas. El retablo
mayor es de madera policromada y se realiza en 1740 por Francisco
Vega.
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