Se trata de una iglesia románica de mediados del siglo XII, como parece indicar su planta de una nave con cabecera semicircular profunda en la que no se separan los tramos recto y curvo.

La articulación de arquerías ciegas en el muro, y la subdivisión de superficies en el exterior del ábside, con escultura monumental, afianzan esta cronología; el modelo seguido es de raíz palentina.

Tiene dos portadas, una sencilla en el muro oeste con arco apuntado; y otra más amplia, al sur, resaltada y abocinada.

Los muros de la nave han sido modificados en su parte alta, por lo que han desaparecido los canecillos de la cornisa.

Lo más interesante es la cabecera. Al exterior se superponen pilares y columnas entregas, cortadas por impostas de taqueado. En su interior se divide en dos cuerpos, el inferior con arquerías ciegas y el superior que acoge las ventanas cubriéndose con bóveda de cuarto de esfera pre cedida de un tramo de cañón.

La espadaña, que originariamente fue románica, se reedificó en época barroca. Lo mismo podemos decir de la sacristía, que es claramente posterior.

La escultura monumental de capiteles y canecillos es de gran calidad de talla, relacionándose con los de algunos de los mejores edificios del camino de Santiago.

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Durante la Guerra Civil sufrió un incendio (1936), siendo muy dañados los capiteles, al explotar parte de las figuras (claramente visible en el interior del presbiterio). Fue declarada Monumento de Interés Histórico-Artístico con fecha de 23 de abril de 1970.