LIBRO LLAMADO RELOX DE PRINCIPES EN EL CUAL VA ENCORPORADO EL MUY FAMOSO LIBRO DE MARCO AURELIO.

Fray Antonio de Guevara fue uno de los escritores más conocidos en la corte durante su época, hasta el punto que en Sevilla se llegó a publicar sin su autorización en 1528 el Libro áureo de Marco Aurelio. Este volumen había sido comenzado, según confesiones del franciscano, diez años antes, pero las copias que se habían publicado, las consideraba adulteradas, por lo que al año siguiente decide publicar en Valladolid Libro llamado relox de príncipes en el cual va encorporado el muy famoso libro de Marco Aurelio. La comparación entre las dos ediciones permite ver una clara evolución del autor. No se cambia el contenido en lo esencial, pero cambia sustancialmente su estilo, que se amplifica con la inclusión de nuevos elementos reiterativos, interpolaciones y antítesis.

El texto se compone de una serie de sintagmas no progresivos cuya estructuración muestra una parte del pensamiento guevariano: frente al deseo progresivo que en general alienta a la literatura renacentista, las reiteraciones de Guevara nos conducen a una prosa con ribetes medievalizantes que se aparta de las normas imperantes entre la generación educada en la época de Nebrija.

En el Relox, la elocutio ciceroniana cobra fuerza sobre sus contenidos, dando esta importancia a los aspectos formales que, con razón, se le ha considerado antecedente directo del manierismo, que en Inglaterra fue llamado eufuismo.

Marco Aurelio contiene una falsa biografía del emperador romano, afirma haber traducido un manuscrito griego encontrado en Florencia. En la segunda edición suprime una serie de cartas escritas por las amantes del emperador, pero las quejas del público hicieron que aparecieran en posteriores ediciones.

El libro demuestra un gran ingenio. La única fuente real es Julio Capitolino, el resto es invención. El estilo se aleja conscientemente del clasicismo puro de la época, se centra más en los detalles y los chismes, prefiere lo nimio frente a la historiografía oficial, llegando a inventar fuentes y hechos.