LIBROS RELIGIOSOS.

 

 

Los libros religiosos de fray Antonio de Guevara tienen un sentido distinto al resto de su obra. Fueron escritos en la última etapa de su vida:

- Oratorio de religiosos y exercicio de virtuosos (1542)

- Libro llamado Monte Calvario (1542)

- Las siete palabras (1549)

En ellos se comentan diversos pasajes bíblicos con el habitual sistema de acudir a citas bíblicas, historias y comparaciones sobre la vida cotidiana. Su estilo no difiere mucho del resto de sus obras, exceptuando las epístolas, nos encontramos de nuevo con toda la inquietud ascética, religiosa profunda. Busca principalmente el entretenimiento de los lectores, cada vez más numerosos desde la aparición de la imprenta. En definitiva, uno de sus objetivos principales era conseguir la fama, lo que consiguió, llegando a ser uno de los autores más conocidos de Europa.

El estilo es una de sus facetas más importantes, la influencia que ejerce sobre los escritores y sobre corrientes europeas ha sido muy valorada. Por un lado encontramos la ligereza, que se acentúa cuanto mayor es la crítica, por otro lado tenemos el retoricismo, creado sobre modelos clásicos y basado en la disposición y la elocución.

La dispositio es la estructura o partes en las que se divide el discurso. Guevara sigue las tres partes tradicionales que componen toda pieza oratoria. Cada uno de los capítulos de sus obras constituye una unidad, que en líneas generales se puede dividir en:

- Thema: Se exponen las ideas o planteamiento que se va a desarrollar. En sus obras solemos encontrar dos ideas contrapuestas, que son las que trabaja a lo largo del libro.

- Thematis divisio o cuerpo central: Demuestra lo expuesto en su tesis. Para apoyarlo introduce ejemplos y citas de la Antigüedad y de la Biblia.

- Unitio o conclusión: El autor invoca a los poderosos para que enmienden su actitud y mejoren su forma de vida.

Sobre esta dispositio, la elocutio busca adornar el asunto por medio del lenguaje, con la organización de frases y de figuras.