HISTORIA

Son desconocidos los orígenes de la vida monacal de la colegiata, pero se tienen noticias de la existencia del monasterio desde el siglo IX. Toma su nombre de Santa Juliana (de donde viene el nombre de la Villa), por las custodias y veneración de la Santa. Llegó a ser cabeza de una serie de monasterios cercanos, pero no se puede precisar la fecha en la que dejó de ser monasterio para convertirse en Colegiata.

Entre 1112 y 1175 sufre una profunda transformación. A finales del siglo XII se establece con plena organización del cabildo con su prior, capistol, magister, tres canónigos y el abad.

Desde mediados del XIII sufre la Colegiata continuos pleitos y crisis hasta XVIII, el único momento de resurgimiento fueron en el siglo XVI a causa del Concilio de Trento.

Desde 1754 pasa a depender del Obispado de Santander, ya que hasta esa fecha dependía de Burgos; desde esa fecha desaparece el cabildo por falta de recursos.

 

DESCRIPCIÓN DEL EDIFICIO

Es la construcción más importante del románico en Cantabria. Su organización es típicamente burgalesa, con transepto, cimborrio sobre el crucero, torre cilíndrica aneja y la galería porticada sobre las naves (rehecha en el XVIII). La suplantación en el siglo XIII de la antigua cubierta por bóvedas de crucería motivó desajustes en el edificio, por lo que se añadió como contrarresto una torre prismática a los pies.

La planta está dividida en tres naves de cuatro tramos más el transepto no resaltado y cabecera de tr es ábsides semicirculares. En la intersección del transepto se levanta un cimborrio o linterna cuadrangular. La capilla del Santísimo es del siglo XVII, la sacristía del XVIII y el claustro románico, de planta cuadrada, completan el conjunto.

 

EXTERIOR

El exterior desde la Plaza de las Arenas observamos tres ábsides, el central es el mayor y posee tres ventanales entre parejas de columnas, con arquivoltas de medio punto. La organización de los ábsides refleja la intervención de un maestro de primera fila po r la organización de los parámetros de manera originalísima integrando arcos de descarga, ventanales de profundo derrame que rompen el muro, columnas adosadas e impostas de ajedrezado; todo ello manteniendo una proporción homogénea en tres pisos de gran altura. Se remata con un alero decorado con canecillos de cestería, figuración animal, etc., y capiteles fundamentalmente de motivos vegetales.

Dando la vuelta hacia la fachada principal actual, sobresale la sacristía, del siglo XVIII, sobre la que se ve el resalte del crucero y sobre el que monta el cimborrio cúbico y pesado con sus huecos cegados.

Entre el muro de la fachada y el volumen de la sacristía, se levanta una torrecilla cilíndrica de sillería que recuerda el estilo burgalés.

Bordeando la corralada, nos adentramos en el patio entre los "leones de patín", obra del maestro Bartolomé en el siglo XVI.

La portada meridional es del siglo XII, constituida por cinco arquivoltas desnudas de decoración que arrancan de una imposta decorada con bolas, cuad rúpedos afrontados con figuras humanas, etc.. Todo ello soportado por columnas a cada lado (dos de ellas del siglo XIX) con capiteles decorados con temas de animales monstruosos y alguna figura humana. Por encima monta un friso horizontal de figuras humanas que flanquean al Pantócrator enmarcado en una orla almendrada y sujeto por ángeles de figura completa. La portada queda rematada por un frontón triangular construido en el siglo XVIII en cuyo centro se observa un nicho acogiendo la figura de Santa Juliana, de bulto redondo y realizada en piedra.

A la izquierda está la pesada torre rectangular del siglo XIII que contiene la tensión del muro de los pies, en donde estaría la entrada principal.

 

INTERIOR

Soportes: sobre el basamento cilíndrico, se levantan pilares cruciformes con columnas adosadas que soportan arcos de medio punto de distintas alturas. Desde la construcción del cimborrio, la iglesia acusó graves fallos técnicos produciéndose un desplazamiento este-oeste de todos los elementos constructivos d ¡e la nave del Evangelio, por lo que hubo que modificar soportes y cubiertas. Este hecho explica las irregularidades del interior.

Los capiteles se pueden dividir en dos grupos: El primero son los capiteles de los ábsides, con volutas geométricas y planas, ojos redondos y muy sobresaltados, con pupila perforada a trépano. el segundo grupo se sitúa en las naves, son de un artista diferente, son figuras más cortas, con volutas menos geométricas y más planas.

El coro es obra de Francisco de la Maza, Francisco Alonso y Pedro Gajano en 1596.

En la nave del Evangelio se abre una puerta que da acceso al claustro, en el que se ven tres crujías con capiteles románicos. Los más antiguos son los historiados, de finales del XII. Representan escenas del Antiguo y del Nuevo Testamento u otra temática caballeresca. Otros son racimos entrelazados de uvas, frutas... Se acoge a los moldes de la arquitectura románica, con los capiteles por parejas de columnas de f Ôuste liso o por dobles parejas sobre los que se monta la seriación de arcos de medio punto.

En los muros de las naves del claustro, se han colocado los restos de la monumental portada, desaparecida y que estaba al oeste en el lugar en el que se encuentra la torre cuadrangular. Hay un gran Pantócrator inscrito en una mandorla, un relieve de la Virgen con el Niño y otro tercer relieve de Santa Juliana sujetando al demonio. Hay también cubiertas de sarcófagos, entre las que destaca la del Obispo Pelayo de Oviedo, del primer cuarto del siglo XII.

A la izquierda se encuentra la Capilla del Santísimo, del siglo XVII, donde podemos contemplar un Cristo de madera policromada de los talleres de Francisco Rincón.

 

 


 

 


BIBLIOGRAFÍA: (autores varios) " Guía del Arte en Cantabria ". Diputación Regional de Cantabria, 1988. Santander

GARCÍA GUINEA Miguel Angel "Cantabria Guía Artística". Ediciones Estudio, 1988. Santander