Nacido en Reinosa el 24 de abril de 1895, recibió de su padre, el gran paisajista Manuel Salces, la afición y la capacidad para el oficio artístico, que prendieron también en su hermana Carmen.
Su obra no es muy abundante; en ella trató con frecuencia temas costumbristas, bodegones y composiciones florales, en cuadros de pequeñas dimensiones y buena ejecución. Destaca su dedicación al retrato - con ejemplos de gran calidad, como la efigie de su padre - y al dibujo, disciplina que cultivó especialmente.
Se trasladó a Madrid, donde trabajó como profesor de dibujo y diseñador de vidrieras decorativas, finalizando sus días trágicamente en 1960.
Aún falta un estudio monográfico riguroso sobre la figura de Salces, pero la acreditada opinión de José Simón Cabarga le presenta como un pintor de talento, tan admirador de su padre que renunció a conseguir reconocimiento para sí mismo.

LA VUELTA DE LA COMPRA (cuadro)
El traje campesino, los temas populares y el tema cotidiano hacen de "La Vuelta de la Compra" , una entrañable escena de género, entroncable en las corrientes regionalistas del momento, a la vez que la iluminación clara y la dispersión de los objetos por el cuadro dotan a este interior de un sabor barroquizante.

 



INTERIOR DE UNA IGLESIA (cuadro)
Cuadro preciosista, su autor ha primado la elección del tema, al que se acomoda una sabia factura, si bien la mirada de Salces está animada de costumbrismo anecdotista.

 


BIBLIOGRAFÍA: "Cien Años de Pintura en Cantabria (1815 - 1915)". Diputación Regional de Cantabria. Instituto del Patrimonio Histórico y Monumental de Cantabria. 1988. Santander.